Periodismo en pandemia: cómo el trabajar desde casa evidenció la precarización laboral
La modalidad de teletrabajo evidenció una fuerte precarización laboral en los trabajadores de prensa del Alto Valle, dónde el sueldo promedio de un redactor/a no llega a cubrir la canasta básica alimentaria del INDEC.
El Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO), decretado el 19 de marzo por el presidente Alberto Fernández, obligó a la mayoría de los trabajadores de prensa a realizar su profesión desde el hogar. O lo que hoy conocemos como teletrabajo. Agravados por la realización de múltiples tareas, la falta de equipamiento técnico adecuado y el riesgo sanitario que conlleva trabajar, en algunos casos, desde el hogar, los profesionales de la comunicación del Alto Valle asumen una tarea sumamente responsable: mantener informadas a las audiencias de la región sobre, entre otras cosas, las novedades del Covid-19. Sin embargo, “Nuestro trabajo ya venía precarizado” denuncia María Teresa Bernardi, periodista, docente e investigadora de la Universidad Nacional del Comahue, y advierte: “lo que hizo la pandemia fue acentuarlo”.
En líneas generales, los trabajadores de la comunicación están trabajando desde el hogar. Aunque permite evitar riesgo de contagios, sostener la modalidad de teletrabajo desde el punto de vista económico resulta difícil. El servicio de Internet y telefonía, por ejemplo, corre por su cuenta. Y a esto se le suma la situación hogareña: “las patronales reclaman una mayor cantidad de tiempo de trabajo con el argumento de que el trabajador/a está en su casa, entonces, como está en su casa, está al pedo, y cómo está al pedo, puede trabajar”, acusa el secretario gremial de FATPREN, Flavio Ruiz Ramírez.
Laura Loncopán Berti, periodista del diario Río Negro, comenta acerca de su experiencia en el medio: “Si bien hay un horario (de jornada laboral) pactado, creo que la idea de la libre disponibilidad porque estás en tu casa difumina un poco los límites. Pareciera que todo el tiempo podés responder a los requerimientos. Ahora, como estás en tu casa, estás mirando el celular, seguro no estás haciendo otra cosa”.
Atravesados por un contexto atípico, la editora de género del diario Río Negro advierte que suceden cosas por fuera de su horario laboral de las cuales sí o sí tiene que estar alerta. Por ejemplo: el parte epidemiológico de las 21. “A las 21 no trabaja casi ninguno, pero lo chusmeas porque ahí sabes cuantos casos hubo en el día, cuantas personas murieron”.
La Ley de Jornada de Trabajo Argentina Número 11.544 prevé que la duración del trabajo diurno y salubre no puede prolongarse más de ocho horas diarias o cuarenta y ocho horas semanales; las horas extras deben abonarse con recargo del 50% en días normales y del 100% los sábados después de las 13, domingos o feriados.
“Hoy tenemos compañeros que están trabajando por encima de las nueve horas de trabajo, incluso algunos hasta diez. Y muchos casos nos han llegado de compañeros que están dedicados full time. Es decir, veinticuatro horas los siete días de la semana a disposición del medio de comunicación”, indica Ruiz Ramírez.
La demanda de tiempo de trabajo aumenta, y el costo y desgaste de los aparatos técnicos (previstos por los propios trabajadores/as) es un signo más de la precarización laboral en el periodismo del Alto Valle. “La semana pasada presentamos una nota planteando esta situación, de la disponibilidad de nuestros equipos al servicio de nuestro trabajo. Todo eso no está contemplado en ningún lado, y si bien hay una Ley de teletrabajo, que se va a poner en vigencia una vez terminada la pandemia, a nosotros no nos alcanza en este momento”, comenta Loncopán Berti.
Un reconocimiento sobre el gasto económico que conlleva mantener sus propias condiciones laborales es el reclamo de la agencia de Neuquén del diario Río Negro.
Una desigualdad estructural y una urgencia salarial
En el caso de las mujeres periodistas, la situación es más grave aún. A las tareas del trabajo se le agregan, por ejemplo, las tareas del hogar y el cuidado de los hijos/as, muchos en situación de escolaridad. “Generalmente los varones suelen depositar en sus compañeras toda esa carga de responsabilidad”, explica Loncopán Berti y agrega: “eso tiene que ver con una desigualdad estructural, que es cómo están distribuidas las tareas hacia el interior de los hogares”. En esta discusión, que trasciende el plano laboral, el secretario gremial de FATPREN, demanda que “nada de esto se contempla hoy en las redacciones de los medios de comunicación”.
En cuanto a la situación salarial, la canasta básica total del INDEC, lanzada en septiembre de 2020, para un hogar compuesto por cuatro integrantes, fue de $47.216. De esta manera, los profesionales de la comunicación se encuentran en una situación acuciante. A partir de diversos reclamos recibidos, el secretario gremial de FATPREN Ruiz Ramírez asegura que “hoy un redactor profesional está cobrando apenas 40.000 pesos. La canasta básica del INDEC, para no caer en la pobreza, está en 46.000. Entonces, nos damos cuenta que nos faltan 6000 pesos para dejar de ser pobres”. Y en Neuquén la situación empeora, Oscar Livera, representante general del sindicato de prensa Neuquén, denuncia que hoy un redactor en la provincia “no llega a los 36.000 pesos, y con antigüedad, título y un par de ítems más no llega a los 40.000 pesos”. Además, reclama sobre la exigencia de múltiples tareas por parte de las empresas y la falta de un sueldo digno: “muchos compañeros en la pandemia empezaron a hacer trabajo de editores o empezaron a ser cronistas, ya son redactores y encima están subiendo notas. Que se les pague como corresponde. Quiero un sueldo digno, queremos un sueldo digno.”
Valorización mensual de la canasta básica alimentaria y de la canasta básica total. Gran Buenos Aires. Fuente: https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/canasta_10_20DA9C1F2E1E.pdf
Para los medios autogestivos, el panorama es por igual de desalentador. Manuel Casella, periodista de Voces del Sur, medio autogestivo de General Roca- Fiske Menuco que surgió junto con la pandemia, manifiesta: “en este momento estamos trabajando totalmente ad honórem. Con esto de la pandemia ha sido muy difícil conseguir la publicidad, lo estamos haciendo totalmente autogestivo”. Una de las estrategias que emplearon para poder hacer sustentable su trabajo fue coordinar con otros medios de la ciudad para poder obtener publicidades e ingresos.
El día después: cambios en periodismo pospandemia
El confinamiento por el Covid-19 aceleró cambios en las condiciones laborales del periodismo, dentro de las cuales, el teletrabajo se instaló como una modalidad inevitable. “El teletrabajo llegó para quedarse, guste o no nos guste va a quedar”, advierte Flavio Ruiz Ramírez y complementa “en los medios de comunicación y diarios no gustó la normativa que salió porque les implica un costo que no quieren asumir. Están cómodos con el hecho de que los trabajadores trabajen desde su casa, ellos se pagan el internet, se pagan el teléfono, y la empresa no paga absolutamente nada”.
También, se precipitan cambios en el modo de ejercer la profesión, como la aparición, cada vez mayor, de contenidos multiplataforma. “El universo se va monopolizando y cada vez hay menos medios de comunicación, cada vez más grandes, pero con cada vez menos empleados. Muchos de los colegas que quedan en la calle, van a empezar a ver en los medios autogestivos el nuevo futuro laboral”, analiza Ruiz Ramírez y agrega que el futuro del periodismo, creen desde Federación, está en los espacios libres para los medios autogestivos.
La responsabilidad de mediar entre las necesidades del Alto Valle y el Covid-19
La situación en el Alto Valle es crítica. Cipolletti- con más de 1200 casos- y General Roca- localidad con más víctimas fatales (78)- son las ciudades más afectadas de Rio Negro. Neuquén, por su parte, mantiene el 99% de camas ocupadas en el sistema de salud, con 3511 contagiados y 68 fallecimientos en la última semana del domingo 11 al sábado 17 de octubre. Nicolas Tamborindegui, periodista de Telefe Neuquén, en diálogo con En Red Comahue, aseguró: “La parte comunicacional ha fallado, la gente ya no capta el mensaje”.
Sin embargo, los profesionales de la comunicación mantienen la responsabilidad de informar a la gente respecto a las novedades del Coronavirus, entre otras cosas. ¿Qué medidas siguen vigentes? ¿Hasta qué hora se puede circular? ¿Cuál es el estado del sistema de salud? En una suerte de guía sobre la vida cotidiana de la ciudadanía, el periodismo de la región, y el país, asume una tarea sumamente desgastante y responsable. Aquí es dónde se disparan varías preguntas.
“Pasó mucho tiempo, la gente está con un descreimiento muy grande y los mensajes no están llegando. Para los que trabajan en comunicación es una tarea muy jodida”. Nicolas Tamborindegui, periodista de Telefe Neuquén.
¿Cuál es la estrategia que debe tomar la comunicación hasta que llegue una solución para la enfermedad? Luciano García Tauro, periodista de canal 10 de Rio Negro, coincide con Nicolas Tamborindegui en que los y las periodistas deben “tratar de ser los más claros posibles y guiarse por la información oficial”. En este sentido, ser certeros con la información prevista desde autoridades gubernamentales y ministerios de salud, y tratar de hacer entender a la gente el porqué de las medidas. En palabras de García Tauro: “Comunicar desde la conciencia y responsabilidad, e intentar ser los más claros posibles para contar cómo está el panorama”.
En el periodismo regional, una tendencia feminista
El perfil del periodista de Rio Negro y Neuquén es novedoso. Distinguido. De carácter joven, con tendencia feminista y de espíritu emprendedor. ¿Por qué distinguido? Porque a pesar de las desigualdades de género que siguen latentes en muchos ámbitos del periodismo nacional, en la Norpatagonia, las mujeres (en la franja etaria de 20 a 40 años) son mayoría, e incluso, llegan a ocupar cargos jerárquicos.
Así lo expuso María Teresa Bernardi, el pasado mes de julio, en su proyecto de tesis doctoral: “El nuevo periodista: perfil profesional, rutinas productivas y narrativas transmedia en sitios de noticias de la Patagonia Norte”.
Dentro de las características mencionadas, la investigadora también destacó un alto porcentaje de formación académica, una diversidad de tipos de medios y, también, de relaciones laborales. “Periodistas que gestionan sus propios medios, en soledad o sociedades pequeñas, y otros que son empleados de empresas más grandes o que han formado una cooperativa”, detalló.
La investigación se realizó durante 2015-2016 y se encuestó a más de 100 periodistas de la región. San Martín de los Andes, San Carlos de Bariloche, Cutral Có, Neuquén, General Roca y Viedma fueron las ciudades seleccionadas.
Respecto a los privilegios del hombre sobre el resto de las colectividades, la Federación Internacional de Periodistas (FIP) plasmó un dato llamativo en una encuesta reciente: las desigualdades de género en los medios han aumentado con el COVID-19. La presidenta del Consejo de Género de la FIP, María Ángeles Samperio, alarmó:
“Los medios de comunicación y los sindicatos deben hacer mucho más para abordar las desigualdades de género y tener en cuenta la conciliación de la vida laboral y privada en estos tiempos turbulentos. Deben escuchar las peticiones de las mujeres que han sido profundamente afectadas por el estrés durante COVID-19 y responder a ellas. Es hora de establecer políticas adecuadas de teletrabajo, garantizar el apoyo a las mujeres en sus tareas familiares y proporcionarles un trabajo decente e igualdad de remuneración.”
En relación con esta problemática, María Teresa Bernardí comunicó tener intenciones de investigar a futuro la relación entre mujer y rol de servicio, específicamente, en el periodismo:
“El periodismo ahora es un servicio, un servicio esencial, y las mujeres siempre ocupamos el rol de servicio. Somos las docentes, las enfermeras, las que limpian la casa, las que cuidan niños. Hay algo de servicio vinculado con el trabajo femenino.”
